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A los 20 años, con unas mochilas a cuestas y haciendo Autostop, hicimos nuestro primer viaje juntos, Málaga – Amsterdam ida y vuelta, estuvimos 2 meses y 6 días de viaje.
Estuvimos trabajando todo el verano para ahorrar e irnos a Amsterdam en avión, (no teníamos coche, ni bicis) pero llegado el momento, como disponíamos de tiempo, se nos ocurrió que sería más emocionante viajar haciendo Autostop, y así lo hicimos. El 1 de octubre del año 2000 una tía de Javi, La Tita Eva, nos dejó en la carretera dirección Córdoba, sacamos el dedo y comenzó la aventura.
Llevábamos tienda de campaña, sacos de dormir, camping gas, una hoya, una tetera, algo de comida y demasiada ropa. Es lo primero que aprendimos, llevar la ropa justa. Y no echamos una linterna, echamos una pila de petaca, con una bombillita y dos cables… ¡Qué idea!! Pero bueno, tampoco nos hizo falta, solo la segunda noche.
Acampada libre en un parque enorme cerca del centro.
Acampada libre al lado del río Tajo.
Dormimos en los sacos al aire libre, sin tienda. Saltamos dentro de un Parque que ya estaba cerrado. Por la mañana un perrito nos dio los buenos días muy contento saltándonos por encima de los sacos.
Salimos de España. Nos subimos en unos 13 coches diferentes hasta salir de España. Acampada libre.
Acampada libre. Todavía no estaba el Euro, así que cambiamos las pesetas en francos franceses.
Aquí nos desviamos porque después de que parasen muchos coches y que ninguno fuese a la dirección que queríamos, al final nos subimos en el primer coche que iba a un centro comercial, necesitábamos reponer comida. En la puerta del centro comercial conocimos a un camionero francés, al que le gustó lo que estábamos haciendo. Estaba muy agradecido con los españoles, decía que siempre le habían tratado muy bien. Así que nos invitó a cenar y nos llevo a una área de servicio donde había camioneros españoles. Acampada libre.
Las áreas de servicio en Francia son una pasada, hay de todo, por poco dinero te puedes duchar, te dan la toalla y el jabón. Las duchas están impecables. Cuando nos levantamos fuimos a buscar a los camioneros españoles, era domingo y en Francia los domingos los camiones no pueden circular hasta las 20:00 creo recordar. Así que pasamos el día con ellos. Llovía y un Valenciano, que llevaba el cajón vacío, nos hizo un arroz valenciano buenísimo para todos. Otro camionero nos regaló unas latas de Fabada y partimos con otro que llevaba un camión lleno de coches. Acampada libre.
Acampada libre.
Uno de los coches que nos paró fue un porche, un portugués con su amigo. Con un cordón de oro liado en la palanca de cambios y música clásica bien alta. En le maletero solo cabía una mochila y no cerraba del todo, pero con el alerón tan grande que llevaba, no se abrió. Los dos sentados atrás con la otra mochila encima y Javi con la cabeza agachada. Era un deportivo bastante pequeño, de película. El recorrido con ellos fue corto. Acampada libre.
Acampada libre.
Aquí nos recogió una pareja francesa de nuestra edad que también iban a Amsterdam, era perfecto. Habían estado trabajando en la vendimia e iban de vacaciones a Amsterdam. ¡Llegamos a Holanda! Íbamos los cuatro y su Pitbull muy contentos, además llevaban algunas botellas de vino. Pero se equivocaron en uno de los cruces y en lugar de ir dirección Amsterdam íbamos en otra dirección. De pronto el motor empezó a soltar humo, paramos en una gasolinera, al preguntar nos dimos cuenta de que nos habíamos desviado y se había roto el radiador. Era un coche viejo. Hicimos unos macarrones con tomate y salchicha y les invitamos a cenar. Ellos durmieron es su coche, nosotros acampada libre.
Los cuatro tuvimos que hacer Autostop, cada pareja en una dirección. A nosotros nos recogieron enseguida, supongo que ir con un perro es mas complicado para hacer Autostop. Nos recogió un hombre de negocios con traje y corbata, con un cochazo, todo el interior de cuero. Nos dejó en el mismo centro de Amsterdam, en un edificio de empresas, iba a trabajar. Nos dio su tarjeta y nos dijo que si teníamos algún problema que lo llamásemos. ¡Increíble! Pero no tuvimos ningún problema, nos fuimos a buscar camping a las afueras e instalamos nuestra tienda de campaña. Dormimos en un camping por primera vez en el viaje.
Desde que salimos de España hasta llegar a Amsterdam nos subimos en unos 14 vehículos diferentes.
Estuvimos en el camping unos 12 días, nos desplazábamos en metro y tren para conocer la zona, nos encantó Amsterdam. Después partimos dirección París, de nuevo haciendo Autostop y acampada libre. Antes de salir de Holanda, pasamos por Tilburg y Breda, muy bonitas ciudades.
Tuvimos mucha suerte, porque era otoño y nos llovió muy poco y por la noche, poníamos la tienda a secar por la mañana mientras desayunábamos.
y el 31 de octubre llegamos a París donde estuvimos 3 semanas, de acampada libre en las afueras, en una urbanización muy tranquila. Cogíamos el metro cada día y nos recorrimos todo París. Aunque teníamos dinero, para pagar el metro y las entradas a los sitios que quisimos ver, conseguíamos el dinero haciendo malabares.
en un solo coche, tuvimos suerte.
allí tengo familia, a la que no veía desde que era pequeña. Fue fácil dar con ellos, porque tenían una chocolatería en el centro de Toulouse. Nos acogieron con los brazos abiertos, además conocimos a todos los primos y primas que tengo, quedé sorprendida, tengo una gran familia en Francia y no lo sabía.
nos invitaron a comer a los sitios más populares…. Quedamos totalmente impresionados y agradecidos. Desde entonces mantenemos relación con todos, son estupendos. Y soy la madrina del primer hijo de uno de mis primos.
nos hicieron regalos para el viaje y nos dieron dinero. Unos de mis primos nos dejó con el coche en la carretera, sacamos el dedo y de vuelta a España.
Llegamos a España. Acampada libre.
Acampada libre a las orillas del río.
Acampada libre.
En Madrid nos recogió una pareja, eran primos que iban a Murcia a concursar en El Gran Prix, un concurso de televisión. Muy simpáticos y graciosos. Acampada libre.
Nos recogió un marroquí que iba dirección Cádiz a coger un barco para Marruecos. Nos dejó a las afueras de Málaga, cerca de una estación de trenes, donde llamamos a mi suegra desde el bar de la estación y vino a recogernos.
En todo el viaje de ida y vuelta nos subimos en unos 40 vehículos diferente, coches y camiones.
Algunas personas nos paraban y nos recogían solo para dejarnos en mejores zonas, en las que pensaban que no estábamos en peligro o nos venían mejor para nuestro destino.
A todas las personas que nos recogieron les pedimos la dirección y les mandamos una postal meses después, cuando ya estábamos instalados en Almería.
Durante el viaje, siempre llamábamos a casa de nuestras madres a cobro revertido desde las cabinas de teléfono.
Cuando salimos, no sabíamos que nos íbamos a encontrar, teníamos que ser precavidos y no subirnos con cualquiera… Pero hay muchas personas maravillosas, dispuestas a ayudarte, a colaborar con la idea de viajar diferente. Nos paró una mujer muy mayor que iba sola, una joven con su bebé, un padre de familia con sus dos hijos y el perro…
Fue un viaje fantástico y conocimos a mucha gente interesante, buena gente.